El papel de la memoria

«Es una exposición interesantísima, que aporta documentos que ni siquiera nosotros conocíamos o habíamos visto», explicaba ayer el historiador Santiago de Pablo en el Archivo Histórico Provincial de Álava. El experto, uno de los asesores de la muestra 'Nanclares-Bram: prisiones para la República', señalaba la importancia para el público de poder ver unos papeles «que hablan de personas concretas y no de números», así como el hecho de que «mucha gente de Vitoria no sabe que había un campo en Nanclares».

Una maqueta, fotos de las instalaciones y otros materiales retratan el centro en una exhibición que también incluye una reproducción de una oficina de hace medio siglo, donde los visitantes podrán consultar expedientes de hombres y mujeres reclusos de 1934 a 1951 de la cárcel de la calle La Paz. También se muestran imágenes de la Guerra Civil en Barcelona o paneles sobre los campos de refugiados españoles en Francia.

La iniciativa, presentada ayer por la subdelegada del Gobierno, Gloria Sánchez; el subdirector general de Archivos del Estado, José Ramón Cruz Mundet; y el director del archivo alavés, José Antonio Saiz, ha reunido fondos del centro penitenciario de Nanclares -que en breve se transferirán al Archivo Provincial-, del Archivo Municipal de Vitoria o del Estado francés. Con todo ello, se refresca la tan traída y llevada memoria histórica de una provincia a la que se ha achacado un apoyo unánime a la rebelión encabezada por Franco contra la República.

El historiador Antonio Rivera, que asistió a la presentación, destacó que los materiales inéditos son «una documentación que es normalmente difícil de localizar en archivos». Por ejemplo, una fotografía del 1 de mayo de 1931, en la que el entonces alcalde de Vitoria Teodoro González de Zárate aparece acompañado por los aviadores Ramón Franco y Pablo Rada.

Ejecuciones

Junto a ella, el expediente del político alavés y, más importante, una nota que reza 'sírvase V. poner en libertad' al presidente de la Corporación, que refleja «la articulación legal de la violencia en el bando franquista», precisa el historiador. Y es que, al lado, aparece la lista de los 16 hombres -González de Zárate, el peneuvista Abaitua, el comunista Estrada o el sindicalista Cerrajería, entre ellos- que en lugar de ser liberados fueron 'paseados' hasta Azáceta para su ejecución.

También figuran documentaciones sobre Manuel Ibarrondo Vidal Abarca, que era presidente del Araba buru batzar, sobre el presidente de la Diputación Teodoro Olarte o Tomás Alfaro Fournier, teniente de alcalde de la capital alavesa. «Estaba casado con María Drake, marquesa de Cañada Honda, que hizo gestiones ante la Iglesia y logró que se le 'desterrara' en lugar de sufrir fusilamiento», detalla Rivera, mientras recuerda el largo peregrinaje de Alfaro de prisión en prisión.