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LUIS LÓPEZ
Viernes, 21 de marzo 2008, 10:53
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Lo que ocurre en el hospital Santiago es un buen ejemplo de cómo una idea sencilla aplicada con sentido práctico puede dar resultados interesantes. Desde que el centro sanitario vitoriano implantó en marzo de 2007 un sistema mediante el que recuerda a los pacientes las citas con los especialistas a través de mensajes al teléfono móvil, el porcentaje de inasistencias ha pasado del 18% al 11,2%.
En números totales, si se tiene en cuenta que en 2007 se recibieron 70.000 primeras consultas, el 18% de cancelaciones supondría el plantón de 12.500 personas. Sin embargo, con la aplicación de las alertas por el móvil a partir de marzo se redujo la cifra a menos de 9.000. Es decir, con los SMS se evitó que se anularan 4.000 consultas el pasado año.
«La experiencia está siendo muy positiva», se felicita el director del hospital Santiago, Jesús Muñoz. Por el momento, los datos que manejan son parciales y se refieren a los ocho primeros meses de funcionamiento del servicio, es decir, de marzo a noviembre de 2007. En ese periodo el centro sanitario envió 35.000 mensajes de texto para recordar a sus pacientes que tenían consulta con el especialista 48 horas después.
Y la posibilidad de recibir este servicio también parece resultarle atractiva a los ciudadanos, ya que el 37% de los pacientes accede a facilitar su número de móvil en el momento de concertar la cita. El porcentaje también ha subido de manera notable desde los comienzos, en marzo, cuando sólo dejaba su número el 29%.
Estos recordatorios, además de prevenir inasistencias, tienen otro efecto: parece que quien los recibe se siente más cercano al hospital y, en caso de no poder acudir a la consulta, se considera en el deber moral de advertirlo. En el periodo de tiempo analizado, 1.400 personas llamaron a Santiago para anunciar que darían plantón al médico. La cifra supone un 2% del total de las 70.000 primeras consultas (son las que gestiona el servicio de admisiones del hospital ya que, a partir de ese momento, es el especialista el que directamente cita al enfermo para visitas posteriores) que se efectuaron en 2007.
Demora de 30 días
La cuestión es que «sabiendo que no vendrían, hemos conseguido citar a otras tantas personas en los huecos que dejaron, de manera que mejoramos en un 2% la lista de espera», asegura el director del centro. Sin embargo, la situación en este aspecto no avanzó demasiado con respecto a la que existía hace un año. Y es que en la actualidad «la demora máxima es de treinta días», la misma que en marzo de 2007.
Jesús Muñoz no oculta su satisfacción con la experiencia y no duda en vaticinar que, con el tiempo, «va a seguir creciendo» el número de pacientes que se valga de las nuevas tecnologías para evitar olvidos. Eso sí, reconoce que existe una parte de la población hasta la que no se va a poder llegar. Se refiere a «gente mayor que, o no tiene móvil, o no sabe manejarlo bien». Lo malo es que precisamente esas personas son las que, por evidentes motivos, tienen su salud más mermada y necesitan acudir al médico con más frecuencia.
Con el objetivo de llegar hasta ellas, desde el hospital preparan un nuevo sistema igual de sencillo. En concreto, están explorando la posibilidad de enviar recordatorios a teléfonos fijos pero, esta vez, valiéndose del buzón de voz. De momento, ya han solicitado un presupuesto a la empresa con la que tienen contratados los avisos por medio de SMS.
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