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La emigración fue un fenómeno de masas el siglo pasado. / EL CORREO
Casi 160.000 vascos dejaron Euskadi en los años más duros de la crisis industrial y de ETA
SOCIEDAD

Casi 160.000 vascos dejaron Euskadi en los años más duros de la crisis industrial y de ETA

El estudio 'Evolución de la población española en el siglo XX' alerta de la posible «despoblación» del País Vasco por la poca inmigración y la falta de nacimientos

FERMÍN APEZTEGUIA f.apezteguia@diario-elcorreo.com

Viernes, 28 de septiembre 2007, 13:17

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Casi 160.000 personas -en concreto, 157.417- emigraron del País Vasco a otras provincias españolas en el período comprendido entre los años 1980 y 2000, según señala el estudio 'Evolución de la población española en el siglo XX', difundido ayer por la Fundación BBVA. El vuelco en el censo y la pérdida en bloque de ciudadanos coincidieron en Euskadi con la crisis económica que llevó a la reconversión industrial y los años en que la organización terrorista ETA cometió sus mayores sangrías. Los atentados se producían entonces con una cadencia prácticamente semanal. El autor del informe, el especialista en estadística y contabilidad Julio Alcaide, apuntó ayer la violencia etarra como una de las causas que han contribuido a este fenómeno, aunque según dijo, no es la única.

El éxodo también incluye, tal como explicó, a muchos de los inmigrantes, «especialmente andaluces y extremeños», que se desplazaron a la comunidad autónoma vasca entre los años 1940 y 1975 en busca de una oportunidad laboral y que al jubilarse, en las últimas décadas del siglo, decidieron regresar a sus pueblos de origen. De hecho, en los treinta años que unen 1950 con 1980 más de medio millón de españoles residentes en otras provincias -524.402- decidieron asentarse en tierras vascas. «Existen factores sociales y económicos que no tienen nada que ver con un sentimiento de miedo o inseguridad», valoró el experto.

Uno de ellos, probablemente, es el encarecimiento de la vivienda en Euskadi, que ha llevado a muchos jóvenes a instalar su residencia habitual en las provincias limítrofes -Navarra, La Rioja, Burgos y Cantabria- o incluso en el País Vasco francés, a pesar de que mantengan sus empleos en territorio vasco. Unas y otras circunstancias -la violencia etarra, la desindustrialización de los años ochenta y el regreso de los inmigrantes a su tierra de origen- han comenzado a propiciar un proceso «continuo de despoblación», que los especialistas consideran que puede tener graves consecuencias. La principal parece obvia: el primer efecto del envejecimiento de la población es la falta de mano de obra de todo tipo que genere riqueza y, por tanto, la quiebra del estado del bienestar.

Menos niños

El problema demográfico vasco está afectado, además, por la disminución de la natalidad y el aumento de las defunciones, lo que por otra parte resulta lógico en una comunidad cada vez más envejecida. Esta situación ha deparado, según Julio Alcaide, «un crecimiento vegetativo negativo en el País Vasco», lo que, evidentemente, desembocará en un «progresivo descenso de la demografía vasca, a menos que la inmigración corrija la tendencia decreciente».

El proceso registrado en los últimos años no es nuevo. La natalidad vasca disminuyó también en el quinquenio 1940-1945 para recuperarse, tal como recuerda el informe del BBVA, en la primera mitad de los años sesenta, con el famoso 'baby-boom'. Los nacimientos registraron, sin embargo, una considerable caída entre 1995 y 2000. Existe un dato que refleja lo sucedido de manera muy clara. La tasa de natalidad a principios de l siglo pasado, entre 1900 y 1905, creció un 17,65%. En los años en estudio (1995-2000) fue sólo del 3,89%, incluso ligeramente inferior a la media española (4,35%).

La inmigración

El documento contiene un apartado para analizar la estructura de la población. El País Vasco, en sintonía con el modelo español, registra un ligero predominio de la población femenina frente a la masculina. A 1 de julio de 2000, había unas 45.000 mujeres más en una comunidad donde estaban registrados algo más de un millón y veintisiete mil varones.

Por edades, el autor del informe también alerta del «evidente deterioro» del grupo de personas de 0 a 15 años, los niños, que en 2000 representaban sólo el 12,9% de la población, casi tres puntos por debajo de la media española (15,6%). En este sentido, otro dato que vuelve a revelar el envejecimiento de la población vasca es el referente al grupo de personas mayores de 65 años. En 2000, representaba el 17,43% del total de los residentes, una tasa ligeramente superior a la española.

El documento también demuestra con cifras algo que cualquier ciudadano ha podido constatar con sus ojos en los últimos años: la inmigración extranjera en el País Vasco es un fenómeno reciente. Antes del año 2000 prácticamente no se conocía y su peso en comparación con el conjunto de la población era «moderado». Fue en la última década, entre 1990 y 2000, cuando los inmigrantes comenzaron a representar un nuevo reto social. Se asentaron en Vizcaya, Álava y Guipúzcoa un total de 17.822. Comenzó un nuevo tiempo.

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