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ADOLFO LORENTE a.lorente@diario-elcorreo.com
Sábado, 29 de diciembre 2007, 03:20
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Los más agoreros dirán que tiene mal fario, pero si uno se ciñe a los avatares sufridos, razón no les falta. Y es que la finalización de las obras del nuevo Museo de Arqueología ha vuelto a retrasarse otros tres meses. ¿El motivo? El robo de 22 toneladas de bronce que sufrió la empresa constructora a mediados del pasado septiembre en una nave industrial de Gamarra y que trascendió ayer. Este metal es una pieza clave en el proyecto al revestir tanto las fachadas del edifico como del patio interior.
El diputado general, Xabier Agirre, anunció ayer esta demora tras la celebración del último consejo de diputados del año. El nuevo plazo para entregar la obra es el 31 de marzo, fecha que no es sinónimo de apertura ya que será necesario esperar varios meses hasta su apertura. A priori, se hablaba del verano, pero este nuevo contratiempo ha retrasado 'sine die' la inauguración.
Las placas de bronce, una de los elementos más atractivos diseñados por el arquitecto navarro Patxi Mangado, ya pueden contemplarse en las paredes exteriores de la calle Pintorería y el Cantón de Santa Ana. En total, se cubrirán alrededor de 6.000 metros cuadrados de fachada.
Su colocación no es sencilla. La unión temporal de empresas Dragados-Lagunketa que acomete la obra ha tenido que importar las piezas desde Alemania. Una vez en Vitoria, las planchas deben ser debidamente dobladas ya que todas se entrelazan entre sí. Ese trabajo se realiza con la ayuda de una firma guipuzcoana. También ha sido necesario contratar a una empresa especializada de Bélgica para su instalación.
No existen muchos más datos sobre el robo. Lo que sí está claro, como recalcó el propio Agirre, es que «22 toneladas no se trasladan fácilmente». Este hecho, unido a las fisuras que presentaban varias planchas, obligó a la empresa a realizar un pedido extraordinario que no llegó hasta noviembre.
Museo de Naipes
Fue a mediados de octubre cuando la Diputación anunció el penúltimo retraso en la entrega de los trabajos, sin mencionar entonces el robo del cobro. Entonces se fijó en diciembre el remate de las obras, un pequeño retraso que se explicó por las filtraciones aparecidas en el edificio y el retraso del inicio de la remodelación del museo de Naipes, que compartirá accesos con el de Arqueología.
El proyecto lastra desde su inició un serial de tropiezos. El momento álgido lo vivió en marzo de 2006, cuando la Diputación rescindió el primer contrato de obra firmado con Comsa por continuos incumplimientos. Tras varios meses de parálisis, el pasado febrero la UTE Dragados-Lagunketa retomó los trabajos .
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