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PRIMERIZOS. Los padres contemplan a la recién nacida, que pesó 3,3 kilogramos. / PEDRO URRESTI
Ainara nació con la cuarta campanada
VIZCAYA

Ainara nació con la cuarta campanada

Hija de padres bolivianos, la primera niña vasca de 2008 vino al mundo en el hospital de Basurto a las 00.01 horas

EVA MOLANO

Miércoles, 2 de enero 2008, 08:25

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Su alumbramiento se produjo al son de la cuarta campanada, a las 00.01 horas, lo que convirtió a la recién nacida Ainara Quinteros Quinteros, hija de una pareja boliviana, en el primer bebé del año en el País Vasco. Tan sólo unas milésimas de segundo la separaron de ser la primera nacida en España en el 2008. El preciado puesto se lo arrebató Luis Ignacio, también descendiente de una familia boliviana y que vio la luz por primera vez en Valencia, cuando sonaba la tercera campanada.

En Guipúzcoa y Álava, los primeros en nacer también fueron hijos de inmigrantes. En el Hospital Donostia de San Sebastián nació a las 5.10 horas Alejandro Stoyamov-fokonov, de una familia búlgara. Mientras, Marisol, hija de madre colombiana, nació, de forma prematura, a las 12.04 horas en el Hospital Txagorritxu de Vitoria.

El fenómeno no sólo se ha producido en el País Vasco. En comunidades como La Rioja, los primeros nacimientos fueron los de Alejandro y Zarouac, hijos de una madre colombiana y marroquí, respectivamente. En Madrid, el primer bebé nacido, a las 00.50 horas, procedía también de magrebíes.

A Yolanda Lupita Quinteros Peña y Carlos Quinteros, los padres de Ainara, la primera niña nacida en el País Vasco, el año nuevo sí les traerá una nueva vida. Su recién estrenada paternidad les ha cambiado las miras. Ahora incluso se plantean casarse, «cuando la niña crezca un poco». El nombre, según reconoció la madre, «fue de última hora. Lo propuso Carlos, que quería ponerle un nombre en euskera. Nos gustó y se ha quedado con él».

Eran las 20.00 horas cuando la joven comenzó a sufrir unas fuertes contracciones y la trasladaron al hospital de Basurto. Y eso que no tocaba. «Me dijeron que no nacería hasta el 5 de enero», comentó. Pero la suerte quiso condenar a la familia a tomar las uvas en el hospital. No sería hasta las 00.01 horas cuando la pequeña vería la luz por primera vez, tras un parto sin excesivas molestias, «gracias a la epidural» y a la juventud de su madre, de 22 años. Ainara nació «pelona» y con el poco cabello muy negro. Pesó 3,3 kilogramos.

«Cuando la vi sentí una emoción única, inexplicable. Se me saltaron las lágrimas», relató Yolanda. Los recién estrenados papás la miraban con orgullo y con cariño mientras dormía en su cunita. «Es súper bonita», decía constantemente su madre. Y eso que, según reconocieron, «queríamos que fuera un niño, porque ya tenemos dos sobrinas, pero ahora sí que no la cambiaríamos por nada».

Pintxos y uvas

Mientras Yolanda daba a luz, el padre y la abuela de la niña, que no abandonaron el hospital hasta las tres de la mañana para velar el primer sueño de Ainara, cambiaron la cena de Nochevieja por los pintxos y las uvas que allí les ofrecieron. «Ha sido una noche tranquila. No había mucha gente, y cuando la ves por primera vez, pues merece la pena».

«Es una niña muy buena. Apenas ha llorado y está todo el rato 'dormidita'», se enorgullecía la madre. Y eso que sus primeras horas de vida no han sido muy tranquilas. «La ha visto mi suegra, mi hermana, mis primas... La única que no ha podido verla es mi madre, que está de viaje y regresará en una semana». A quien también se le caía la baba era a la abuela paterna, Delicia. Es su primera nieta, y la miraba como enamorada. «Es preciosa. Me alegra ser abuela joven para poder verla crecer», dijo.

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