La izquierda abertzale cambia de estrategia y llama a la abstención

La izquierda abertzale cambia de estrategia. Desde que en 2003 comenzaron los procesos de ilegalización de Batasuna y de todas las formaciones que los jueces han considerado sus sucesoras, los dirigentes radicales habían apostado por el voto nulo. El 9 de marzo será diferente; ahora el mensaje a sus bases es que la mejor manera de realizar un «plante al Estado español» es la abstención.

El anuncio hecho ayer en Pamplona por las representantes de ANV Mariné Pueyo y Arantza Urkaregi resuelve la incógnita de qué actitud va a adoptar la izquierda abertzale después de que el Tribunal Supremo confirmase que Acción Nacionalista no puede presentarse a las elecciones. Destacados miembros de esta formación y de EHAK habían recalcado durante las últimas semanas que, a pesar del veto judicial, una «opción independentista» estaría en las urnas. Pero no habían confirmado cómo.

En los últimos años, su planteamiento ha sido recurrir al voto nulo, un mecanismo que le ha dado buenos resultados. El alto grado de fidelización de su militancia ha hecho que la cifra de papeletas irregulares en algunas convocatorias haya rondado en Euskadi y Navarra las 150.000 y no haya bajado de las 120.000. El porcentaje más pequeño lo obtuvieron hace cuatro años, en las generales y europeas de 2004.

En el ámbito municipal, el alto número de nulos cosechado -en algunas localidades fueron más que los válidos- le ha permitido condicionar el día a día de determinados ayuntamientos, como el de Ondarroa, que no se ha podido constituir y es gobernado por una gestora.

Una táctica que le ha servido para evitar una fuga de militantes a otras opciones nacionalistas, demostrar que cuenta con un importante respaldo social e iniciar una fuerte campaña de presión para que el resto del partidos le cediesen los puestos de concejal que, en su opinión, le correspondía.

Con la apuesta por la abstención, la izquierda abertzale realiza un movimiento estratégico de calado al reducir al mínimo sus riesgos. Sobre todo, evita que un posible descenso en el número de nulos pueda ser interpretado como una pérdida de apoyo tras la ruptura oficial de la tregua o los últimos atentados de ETA. Incluso, puede lanzar un mensaje de victoria si opta por contabilizar toda la abstención como si fuese suya.

Una posibilidad que ayer mismo insinuó Pueyo. La concejala de ANV en Pamplona fue clara: «Que lo oigan bien, estaremos el 9 de marzo, y la abstención en Euskal Herria se llama independencia». La representante de Acción Nacionalista participó en una rueda de prensa en la que tomaron parte una treintena de «electos independentistas» delante de un cartel en el que podía leerse 'Euskal Herria Independentzia. Abstenzioa'. En el acto no hubo ni una sola referencia a ANV.

Durante su intervención, Pueyo y Urkaregi -dirigente de la misma formación en Vizcaya- leyeron en euskera y castellano un comunicado en el que aseguraron que la «abstención activa» supone un «gesto de rebeldía» y un «plante al Estado español» ante el «déficit democrático» que existe al no poder presentar listas electorales. «Es una nueva herramienta de lucha para la ciudadanía», dijeron.

Jaula

En un tono muy reivindicativo, las representantes abertzales pidieron «llevar el clamor de la independencia a las urnas». A su juicio, es necesario un «cambio político» que no pasa por realizar una modificación estatutaria dentro de la «jaula de la Constitución española». «El marco actual es insostenible y el cambio político no podemos ni debemos retrasarlo más», insistieron las dos dirigentes abertzales, para las que el objetivo es «aniquilar el motor de ese cambio: ese es el objetivo de la ola represiva contra el movimiento independentista».

Pueyo y Urkaregi aseguraron que un sector «muy amplio del país está harto» y que la abstención es el mejor método para lograr los objetivos de la izquierda abertzale: «plantarnos como pueblo ante este Estado fascista y represor», «imposibilitar un nuevo fraude» y «defender nuestros derechos civiles y políticos». Asimismo, denunciaron las «torturas» y las «redadas policiales». Al terminar la rueda de prensa, varios efectivos del Cuerpo Nacional de Policía procedieron a identificar a los asistentes. No hubo detenciones.

Por otra parte, la Sala del 61 del Tribunal Supremo volverá a reunirse el próximo lunes para decidir si incluye en la causa los escritos presentados el miércoles por la Abogacía del Estado. En estos documentos aparecen nuevas pruebas de la presunta vinculación entre EHAK y ANV con la ilegalizada Batasuna. Estos datos proceden de informes policiales remitidos a Baltasar Garzón los pasados días 7 y 13 de febrero.