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Vista del litoral del Urdaibai. / Archivo
Greenpeace critica el proyecto del nuevo Guggenheim en el Urdaibai
INFORME anuaL

Greenpeace critica el proyecto del nuevo Guggenheim en el Urdaibai

El litoral de vizcaíno, sufre "una presión urbanística continuada que provoca impactos ambientales negativos sobre un litoral privilegiado", según la organización ecologista

EURPOA PRESS|

Miércoles, 2 de julio 2008, 19:57

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Greenpeace ha hecho hoy pública la nueva edición de su informe anual 'Destrucción a toda costa', que pone de relieve que durante el último año los casos de corrupción urbanística en el litoral ascienden a 67, y que a los tres millones de viviendas proyectadas en la costa en 2007 se han sumado 137 nuevas actuaciones urbanísticas en infraestructuras portuarias.

El 'podio' de las que menos cuidan su litoral lo encabezarían Andalucía, Valencia, Murcia y Canarias junto a las de Ceuta y Melilla; en el segundo escalón estarían Cataluña, Baleares y Galicia; y el tercer lugar sería para el País Vasco, Cantabria y Asturias.

Sin embargo, desde la organización ecologista se advierte que la presión urbanística y la contaminación son los principales problemas de la costa de Euskadi, que acumula en su territorio el 33% de las metalurgias, el 26% de las industrias papeleras y el 12% de las plantas químicas más contaminantes del Estado y la segunda refinería en tamaño de toda la península.

La presión urbanística

Según Greenpeace, la costa vasca, especialmente el litoral de vizcaíno, sufre" una presión urbanística continuada que provoca impactos ambientales negativos sobre un litoral privilegiado". En ese sentido, aseguró que "la ocupación inmobiliaria del suelo se ha duplicado en las dos últimas décadas" y recordó que "algunas de las propuestas urbanísticas del Ejecutivo vasco han sido rechazadas con contundencia por los ciudadanos, que no quieren sacrificar su territorio ni su calidad de vida".

En el informe, Greenpeace destaca casos como el recientemente aprobado Plan de Ohija en Bakio para construir 238 viviendas y un campo de golf de nueve hoyos. Según la organización ecologista, el proyecto "ha sido aprobado con urgencia para eludir las directrices de la Ley del Suelo, que reservan el 75 por ciento de los terrenos para viviendas de protección oficial en municipios con más de 2.000 habitantes".

Greenpeace señala en el documento que "el mismo partido que aprobó esta Ley, el PNV ha aprobado un proyecto que escapa a ella" y advierte de que "las peores prácticas urbanísticas mediterráneas veranean ahora en la costa vasca". También cita el caso de la Reserva de Urdaibai, "acosada por nuevos proyectos, como la ampliación de la maderada Finsa-Inama, una empresa conocida por sus actividades altamente contaminantes, e investigada desde 2004, o las nuevas instalaciones del museo Guggenheim".

Los puertos deportivos

También considera "especialmente reseñable el impacto ambiental negativo provocado por los puertos deportivos". Según indica, en la última década, Euskadi ha experimentado "el mayor crecimiento en número de amarres deportivos de todo el Estado, cuadruplicando sus atraques hasta llegar casi a los 5.000". En ese sentido, critica que el Gobierno vasco "se plantea seguir aumentando esta cifra, sin tener en cuenta las afecciones negativas en forma de contaminación y privatización de la costa que provocan estas instalaciones".

Asimismo, Greenpeace considera que las herramientas legales aprobadas como la Ley Vasca de Ordenación del Territorio y el Plan Territorial del Protección del Litoral de marzo de 2007 suponen "una protección mínima para la costa, ya que el Plan fue aprobado después de que se pusieran en marcha cuatro proyectos de puertos de gran impacto para el medio marino: los puertos deportivos de Hondarribia y Orio, el comercial de Mutriku y el proyecto de puerto exterior de Pasaia". Tras recordar que los estuarios y costas de Euskadi han sufrido vertidos contaminantes procedentes de su amplio tejido industrial desde hace décadas, reconoce que la situación "ha mejorado" en los últimos años, pero señala que "los niveles de contaminación de la desembocaduras del Nervión y Oiartzun y sus zonas costeras de influencia son especialmente preocupantes, por sus contenidos en metales pesados y otros elementos tóxicos y peligrosos".

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