Elena Tregúbova: «Putin ha demolido las libertades individuales»

Algunos periódicos rusos y un gran número de agencias y publicaciones digitales recogían estos días la noticia de la concesión del Premio José María Portell a la reportera rusa Elena Tregúbova, exiliada actualmente en Reino Unido debido a la campaña de acoso lanzada contra ella por las autoridades rusas. Tregúbova, que cumplió 35 años en mayo, fue la corresponsal en el 'pool' del Kremlin de los diarios 'Izvestia' y 'Kommersant'.

Pasó de estar entre los privilegiados a ser perseguida. Lo que la hizo tomar la decisión de abandonar definitivamente Rusia fue una bomba. El artefacto explotó junto a la puerta de su casa. La agencia RIA-Nóvosti rememora la carta abierta que Tregúbova publicó pocos días después del asesinato de su compañera Anna Politkóvskaya en el semanario alemán 'Die Zeit'. Iba dirigida a la canciller, Angela Merkel, bajo el título 'El silencio es complicidad'.

El fallo de la Asociación de Periodistas Vascos ha sido comentado también por el diario 'Óbshaya Gazeta', en donde se recuerda cómo Tregúbova pidió el año pasado a los líderes de los países del G-8 que reprendieran al entonces presidente y actual primer ministro, Vladímir Putin, por el rodillo lanzado contra la oposición y la prensa.

«Dictadura de clanes»

La informadora rusa acusó siempre a Putin de «implantar en Rusia una dictadura de clanes», de establecer una «despiadada censura» y de «cerrar los medios de comunicación a la oposición». Según su punto de vista, «Putin ha demolido las libertades públicas e individuales de los rusos».

Tregúbova cayó en desgracia en 2003, nada más aparecer su libro 'Relatos desde el subsuelo del Kremlin'. Sobre su contenido, hizo un reportaje Leonid Parfionov en el programa de la cadena NTV 'Namedni' (reciente). Debido a la diferencia horaria, el espacio fue puesto en antena primero en las regiones del Extremo Oriente, pero no llegó a verse en el resto de Rusia porque fue retirado de inmediato por órdenes que llegaron de «arriba».

La galardonada con el Premio Portell a la Libertad de Expresión desmenuza en su libro la tramoya del Kremlin, incluyendo multitud de frases textuales de Putin, que ponen de manifiesto su actitud totalitaria ante la política. En febrero de 2004, Tregúbova recibió la primera advertencia en forma de explosivo. Pese a todo, la periodista rusa publicó, pocos meses después, la segunda parte de su libro.

Con motivo de la investigación del atentado, Tregúbova fue interrogada varias veces y fue objeto de presiones. Todo para que, al final, el delito quedara impune. La Policía dijo que había sido «un simple acto de gamberrismo». En relación con la muerte de Politkóvskaya, la Fiscalía General rusa declaró ayer que el asesino se oculta en Europa, en Bélgica según ciertas fuentes. Tregúbova vive en Londres desde 2004, pero recibió asilo político el pasado mes de abril.