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Imagen que presentaba el mercadillo en su nueva ubicación a media mañana de ayer. / JULIO CALLEJA
La nueva ubicación del mercadillo gusta más a la clientela que a los comerciantes
GUIPÚZCOA

La nueva ubicación del mercadillo gusta más a la clientela que a los comerciantes

Los titulares de los puestos se resignan al cambio pero insisten en que debe regresar a la plaza de Unzaga

A. L.

Jueves, 10 de julio 2008, 04:44

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El mercadillo de Eibar estrenó ayer su nueva ubicación en Txantxa Zelai, en la parte trasera de la torre de Unzaga, y el cambio de escenario suscitó opiniones diversas: desde los compradores, que valoraban favorablemente el nuevo espacio, a los titulares de los puestos del mercadillo, que no ofrecían una postura común. Algunos de éstos se encontraban francamente disgustados con la nueva ubicación, mientras que otros aceptaban el cambio de buena gana.

Eso sí, todos coincidían en que el mercadillo debe volver a Unzaga una vez de que terminen las obras en esta plaza. «Así nos lo han prometido y nos sentiríamos engañados si no fuera así porque nos han insistido en que este espacio es provisional. No nos oponemos a estar aquí porque hay que hacer obras y eso lo entendemos, pero nos han garantizado que volveríamos a la plaza», aseguraba ayer Pilar Cerros, una barakaldesa que lleva viniendo catorce años durante todas las semanas a Eibar.

La plaza de Unzaga «es el mejor sitio, porque hay mucha gente de paso y más público. Aquí hay que subir y hay gente mayor que no se acerca», comentaban.

Mala ubicación

El mercadillo se mantendrá durante unos siete meses en Txantxa Zelai y acoge a los 36 puestos que se ubican habitualmente en Unzaga. Los que no estaban nada contentos con el lugar que les había tocado eran la decena de puestos instalados en la zona del auditorio de Txantxa Zelai, situado a más altura que el resto de los puestos y con varias escaleras que hay que subir.

José María Domingo -ermuarra y con 27 años de experiencia en el mercadillo eibarrés- y Cándido Galindo -de Amorebieta y que lleva viniendo 23 años al municipio- mostraban sus quejas ante esta situación y aseguraban haber solicitado una reunión con los responsables municipales para pedir que se les ubique junto al resto de los puestos.

«Hay espacio suficiente para que estemos todos en la parte de abajo», reclamaban. El ermuarra aseguraba ayer que las ventas se habían reducido en su puesto a la mitad en comparación con semanas anteriores.

Los que sí estaban satisfechos eran los compradores. «Hay más espacio para poder ver los puestos y no hay tanta sensación de aglomeración como en Unzaga», comentaba Natalia.

Marisol admitía las ventajas en el nuevo mercadillo. Ella acude habitualmente con su pequeño nieto, que todavía va en silla. «En Unzaga no se podía entrar con un cochecito», aseguraba, Aunque también apuntaba posibles mejoras: «Sería mejor situar el merca dillo en Txantxa Zelai, pero en la plazoleta que hay sobre el hogar del jubilado y los garajes».

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