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POLÍTICA

Unidad sin zancadillas

TONIA ETXARRI

Miércoles, 24 de septiembre 2008, 04:10

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S ería un error que, después de la declaración de todos los partidos del Congreso de los Diputados, nuestros representantes se quedaran tan satisfechos por haber dado el 'do de pecho' en la unidad contra el terrorismo mientras, entre bambalinas, miden quién se lleva el mérito de la iniciativa. ¿Quién ha cambiado más? ¿Quién ha sido más flexible? ¿A qué partido hay que darle la bienvenida recién llegado de las antípodas de la soledad parlamentaria? Es lamentable pero está ocurriendo.

Del enfrentamiento tan asentado durante los últimos cuatro años entre el PSOE y el PP, se ha heredado la costumbre del reproche, la desconfianza, el resquemor. No es nada personal, desde luego, sino puro cálculo electoral. Una vez logrado el documento contra ETA, el cruce de reproches acerca de quién cedió más cuando la banda les sirvió en bandeja la trampa de la negociación, se ha quedado como el recurso dialéctico (es un decir) para mantener la llama de la diferencia.

No ocurre nada grave cuando uno asume sus errores políticos. Hace tan sólo unos días se le oyó decir a un gurú de la comunicación, tan favorable en su momento a la negociación entre el Gobierno y ETA, que había sido un «inmenso error» hablar con la banda. Otros se cayeron del caballo en procesos anteriores. Cada cual tiene su tiempo. Lo que ocurre es que a medida que avanza la historia de los engaños de ETA resulta más insostenible defender una negociación con quien ha utilizado esa oportunidad que le han ido dado los gobiernos como tiempo muerto (valga la expresión) para reorganizarse.

El caso es que si se trata de consolidar la unidad recién recuperada en el arco parlamentario mala costumbre es la de destacar que el que ha cambiado es el adversario. Como si la rectificación fuera una actitud de la que hubiera que avergonzarse. La hemeroteca es la mejor prueba del algodón. Y en la hemeroteca encontramos al mismo presidente Zapatero diciendo, en tiempos de negociación, que el único destino de ETA es «abandonar la violencia y entregar las armas» donde ahora sostiene que el único destino que les espera a los terroristas es «la cárcel».

El Gobierno ha cambiado su política antiterrorista y el PP, que celebra la recuperación del acoso judicial y policial contra ETA cambia también su actitud en relación al Ejecutivo. A cada cual lo suyo. La escena de ayer, en Bilbao, en la que el popular Antonio Basagoiti era presentado en un acto público, por el alcalde del PNV, Iñaki Azkuna, forma parte de las excepciones de la política porque fue posible por el perfil tan personal de los dos. Con el comunicado de los partidos parlamentarios, en el que se le dice a la banda que pierda toda esperanza de lograr algo a través de la violencia y lo que es más contundente, que quieren derrotar a ETA a través de la fuerza exclusiva del Estado de Derecho, se vuelve a desempolvar la esencia del Pacto antiterrorista. A ver cuánto dura.

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