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El perro fue localizado por un paseante en una finca privada de Plentzia. / A. LÓPEZ
Un 'collar' de madera para un mastín
VIZCAYA

Un 'collar' de madera para un mastín

Colocan un «pesado triángulo» en el cuello de un joven perro localizado en una finca privada de Plentzia

A. DE LAS HERAS

Domingo, 5 de octubre 2008, 05:09

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El mastín que aparece en la fotografía es un bello ejemplar noble e inquieto. Pese a su juventud, el cachorro exhibe ya una gran robustez. Ayer, un lector de este periódico lo fotografió cuando paseaba por las inmediaciones de la carretera de acceso a la zona del Abanico de Plentzia. El animal, de pelaje rubio, portaba en el cuello un triángulo de madera, a modo de collar. Un sorprendente adorno que, a simple vista, daba la apariencia de incomodarle en exceso, ya que el can mostraba enormes dificultades para poder mover con soltura la cabeza.

Con la mirada ligeramente perdida, el perro fue localizado en una finca de titularidad privada que se encontraba vallada. El sorprendido lector no dudó en mostrar su malestar por la situación en que encontró al animal, perteneciente a una raza que se distingue por su inteligencia y, también, por marcar su territorio. Destacó que el 'collar' era bastante «grande y pesado» y que tenía toda la pinta de causarle un enorme malestar, ya que, «entre otras penalidades», le impedía apoyar la cabeza en el suelo para dormir.

«Una barbaridad»

Vecinos de la zona confirmaron que el mastín, que estaba solo en la parcela, suele llevar con frecuencia este aparato, aunque no continuamente. Al parecer, su dueño, ya que no se trata de un can abandonado, «se lo suele poner y quitar de forma habitual» para «ir acostumbrándole a que no rompa las cosas».

El lector envió esta fotografía a la Sociedad Protectora de Animales de Bilbao por si el propietario pudiera haber incurrido en un delito de maltrato de animales, «y, si este es el caso, para castigarle tan duramente como permita la ley». Expertos consultados por este periódico aseguraron que nunca habían visto «una cosa similar» y lo calificaron de «auténtica barbaridad».

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