Urkullu limita el acuerdo firmado con el PSOE al ámbito presupuestario

El presidente del PNV, Iñigo Urkullu, fijó ayer los límites del acuerdo alcanzado en el Congreso de los Diputados entre su formación y el PSOE. Casi a la misma hora en que los portavoces de los dos partidos en la Cámara Baja cerraban los últimos flecos del pacto presupuestario que supondrá transferencias para Euskadi por un valor cercano a los 126 millones de euros, el líder jeltzale aclaraba que la sintonía se «circunscribe a las cuentas públicas», una declaración destinada a evitar especulaciones sobre un hipotético acercamiento entre las dos fuerzas a cinco meses de las elecciones vascas.

La intervención de Urkullu llegó poco después de que José Antonio Alonso y Josu Erkoreka plasmasen en un documento lo tratado el viernes por teléfono entre José Luis Rodríguez Zapatero y el propio jefe del Euskadi buru batzar. Tras varias horas de negociación, los portavoces parlamentarios redactaron un texto de cinco puntos que permitirá al líder del PSOE sacar adelante sus Presupuestos. Los nacionalistas habían exigido poner por escrito los acuerdos al no fiarse por completo de la palabra del presidente, unos recelos que se incrementaron al comprobar las interpretaciones aparentemente opuestas que existen sobre la competencia de Investigación y Desarrollo. Mientras desde el PNV se insiste en que la ejercerá en «exclusiva» el Gobierno de Ibarretxe, los socialistas vascos aseguran que es «compartida».

Ninguno falta a la verdad, pero cada parte intenta inclinar la balanza política hacia su lado y aparecer como la parte ganadora de la pelea, incluso tras la firma de Alonso y Erkoreka. El acuerdo en I+D alcanza los 86,8 millones de euros y, según el PNV, supone la «transferencia de la competencia exclusiva para Euskadi» en los términos que se establecen en el Estatuto de Gernika, donde se matiza que será en «coordinación con el Estado». Y es a este añadido al que se agarra el PSE para reforzar sus argumentos y evitar la desautorización de la ministra Cristina Garmendia, que durante dos visitas a Bilbao se mostró partidaria de no materializar la transferencia pero sí apostó por el diálogo entre la Administración central y la vasca.

«Corresponsabilidad»

En sus comparecencias ante la Prensa, tanto Alonso como Erkoreka intentaron rebajar el tono de la polémica. El portavoz socialista admitió que el Estatuto indica que es una competencia concurrente, por lo que, para que Euskadi pudeda ejercerla, es necesario traspasar algunas funciones y servicios. Por su parte, el representante del PNV alabó el «excelente» acuerdo que, en su opinión, supondrá una modernización de la estructura económica del País Vasco. No obstante, Erkoreka admitió que el Ministerio de Ciencia e Innovación seguirá desarrollando su actividad en Euskadi en coordinación con las instituciones locales con «un reparto de fondos más equitativo».

El documento firmado ayer en el Congreso también detalla las otras partidas incluidas en la negociación. Se destinarán 30 millones de euros para que los ertzainas puedan jubilarse anticipadamente a los 60 años y otros 9 millones para el puerto exterior de Pasajes. Asimismo, el Gobierno vasco podrá adjudicar «al menos una de las frecuencias» de una nueva banda ancha de telefonía móvil que el Ministerio de Industria tiene previsto habilitar «en los próximos años». El apartado más político apuesta por la «corresponsabilidad», o lo que es lo mismo, que los socialistas apoyen las cuentas públicas del PNV en las diferentes instituciones vascas, algo a lo que ya se ha comprometido Zapatero de manera pública.

El texto, en todo caso, no implica un acercamiento de calado entre el PNV y los socialistas. Para eliminar cualquier tipo de duda, Urkullu afirmó en Bilbao de manera rotunda que el pacto se «circunscribe a las cuentas públicas y no tiene más efectos». A poco más de cuatro meses de las elecciones autonómicas, el presidente jeltzale marcó distancias con el PSOE al recalcar que no ha encontrado «voluntad política» en la formación liderada por José Luis Rodríguez Zapatero para lograr acuerdos «sobre el desarrollo del autogobierno, la capacidad de decisión o el encaje en el Estado español». Además, incidió en que la competencia de I+D se desarrollará en exclusiva por parte de Euskadi y que la coordinación con el Estado se concretará dentro de la Comisión Mixta de Transferencias.

También el Gobierno vasco se posicionó ayer sobre el acuerdo alcanzado en Madrid. Su portavoz, Miren Azkarate, lo consideró «beneficioso» porque los pactos «son siempre positivos» y «mejores que los desacuerdos». «En los momentos de crisis en que nos encontramos, transmiten confianza y estabilidad, dan señales positivas», subrayó Azkarate, que a la petición lanzada el martes por el PSE de que el tripartito negocie sus cuentas públicas con los socialistas respondió que la voluntad del Ejecutivo es hacerlo con «todos los grupos» con representación en el Parlamento de Vitoria, incluido el PSE pero también el PP, EHAK y Aralar.

Más críticos se mostraron los dirigentes de EB, socio del PNV en el Gobierno vasco. Según su portavoz, Mikel Arana, socialistas y jeltzales han convertido el Estatuto «en mera moneda de cambio y pago de favores».