Las mascotas exóticas provocan nuevas alergias

Las alergias crecen. Las consultas de la especialidad han comenzado a diagnosticar crisis alérgicas provocadas por serpientes, iguanas y hurones como consecuencia de la moda de vivir con un animal exótico en casa. A menudo, los propietarios olvidan que tienen bajo su mismo techo un animal salvaje que requiere cuidados especiales; pero lo peor es que casi nunca piensan en que la falta de contacto con una determinada especie puede favorecer la aparición de una alergia cuando el roce sea continuado. Es el precio del cariño.

Lo aseguraron ayer los responsables médicos del Congreso Nacional de Alergología que se celebra en el Palacio Euskalduna de Bilbao hasta el próximo sábado. En los próximos días, los especialistas hablarán sobre alergias alimentarias, que c uriosamente están creciendo; el asma, una complicación respiratoria también al alza entre los niños; la próxima aparición de nuevas vacunas y tratamientos basados en la investigación genética, y la aparición de formas de la enfermedad hasta ahora desconocidas. «Aunque logremos acabar con algunas alergias, siempre aparecerán otras nuevas», alertó el especialista del hospital de Basurto Ignacio Antépara, coordinador del comité organizador.

La alergia es una reacción natural y exagerada del sistema de defensas del organismo. El dispositivo detecta la presencia de un elemento que le resulta extraño, un posible enemigo, y activa una respuesta inmune. El problema es que, en estos casos, la inmunidad se equivoca y en lugar de actuar de un modo equilibrado lo hace de forma desproporcionada. La repetición de crisis alérgicas provocadas por una misma causa pueden llegar a desencadenar en el paciente un 'shock' anafiláctico, una situación tan grave que puede causar la muerte.

Epidemia al alza

El acto de presentación del encuentro de Bilbao, en el que participan tanto médicos especialistas como personal de enfermería, contó también con la presencia de los alergólogos Tomás Chivato, presidente de la sociedad promotora del congreso, Milagros Lázaro y Celia Morales, responsables del comité científico. «La alergia -resumió esta última- es la epidemia del siglo XXI en los países industrializados».

La incidencia de este tipo de enfermedade crece cada año como mínimo un 1%. Distintos estudios estiman la existencia en España de unos diez millones de afectados, principalmente por cuadros de rinitis, asma y alergia a los ácaros, o lo que es lo mismo, al polvo. Las estimaciones apuntan a que la epidemia alcanzará a la mitad de la población en unos quince años y que ésa es una situación contra la que poco o nada puede hacerse. Simplemente, ocurrirá.

Los laboratorios compiten por desarrollar nuevos tratamientos, pero los expertos están convencidos de que es inevitable, siempre aparecerán nuevas formas de alergia. Eso, según dicen, explica la llegada a las consultas de los primeros casos de urticarias y eccemas por el contacto con hamsters siberianos y otras especies exóticas, que pueden llegar a poner en peligro la vida de sus cuidadores. «Todos hemos visto casos de este tipo, aunque no estén publicados», afirmó la especialista valenciana Celia Morales.

Presente y futuro

Los tratamientos contra la alergia se dividen en tres grupos. La primera medida que se toma es tan básica como alejar al afectado de la fuente que le causa la enfermedad, pero no siempre es posible. En estos casos, se trata al paciente con fármacos que, generalmente, consiguen evitar una reacción fatal.

La tercera línea de acción son las vacunas. Las hay contra la rinoconjuntivitis, el asma y los venenos de abeja y avispa. Según se supo ayer, dos laboratorios españoles, uno navarro y otro de Levante, trabajan en el desarrollo de otras dos profilaxis, contra los melocotones y los frutos secos. Las investigaciones se encuentran muy avanzadas. En ocasiones, requieren dosis de recuerdo pasados siete o diez años.

El futuro más esperanzador, y cercano, se encuentra en las vacunas génicas, medicamentos que desactivan los genes relacionados con la aparición y el desarrollo de la alergia que se quiere tratar. Existe un proyecto en fase de experimentación con humanos. El problema, según adelantó Antepara, es que serán tratamientos tan efectivos como caros. «Para que lleguen nos harán falta unos años, cuatro o cinco, y dinero.