Ex presos de ETA llaman a la unidad en las cárceles para rechazar los acercamientos

El colectivo de apoyo a presos de ETA hizo ayer un llamamiento a la unidad en las cárceles en respuesta a los últimos movimientos del Gobierno de Zapatero en política penitenciaria. Tres días después de que el ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, confirmara el traslado de un grupo de reclusos de la banda terrorista a prisiones cercanas al País Vasco, el movimiento pro amnistía convocó en el frontón de la localidad guipuzcoana de Usurbil a cien ex internos para lanzar un mensaje de cierre de filas y reclamar a los presos que no cedan «al chantaje» del acercamiento.

No hubo rama de olivo, como se había especulado en la víspera. Seguida por numerosos medios de comunicación, la convocatoria había despertado una gran expectación ante la posibilidad de que la plataforma de defensa de presos de ETA realizara un gesto de desmarque sobre la escalada de atentados y dejara deslizar algún mensaje en las coordenadas de la llamada 'propuesta de Anoeta', lanzada en 2004 por Arnaldo Otegi. Con «una rama de olivo en la mano», el entonces líder de la izquierda abertzale anunció un compromiso para la «utilización de vías exclusivamente políticas y democráticas», frustrado por la ruptura de la tregua a finales de 2006 con la bomba contra la T-4 de Barajas que mató a dos personas.

No fue el mensaje lanzado ayer en la cancha de Usurbil, donde cien ex presos se dieron cita en una tribuna provisional. Los concentrados, entre los que estaban la ex dirigente de HB Itziar Aizpurua y el ex alcalde de Andoain por EH José Antonio Barandiarán, arroparon a los portavoces del colectivo, antiguos reclusos también de la organización terrorista, Joxean Agirre y Begoña Sagarzazu. Con una pancarta con el lema 'Amnistía, askatasuna', censuraron con dureza la política penitenciaria, la dispersión y la reforma del Código Penal, que permite el cumplimiento de hasta 40 años de condena. «Es una cadena perpetua», advirtieron, en un lenguaje que parecía medido para no incurrir en posibles delitos.

Los expertos en la lucha contra ETA habían llamado la atención sobre la posibilidad de que la concentración diera lugar a manifestaciones de exaltación del terrorismo, lo que extendió la sensación de que el discurso sería examinado con lupa. Poco antes de la rueda de prensa, iniciada a las 11.30 horas, dos vehículos todoterreno de la Guardia Civil patrullaban por la carretera que cruza Usurbil. Los portavoces del colectivo reunido en el frontón reivindicaron «la solución dialogada al conflicto» para «traer a todos los presos a casa», frente a los traslados promovidos por Interior entre reclusos que cuestionan el uso de la violencia o que directamente exigen a ETA el abandono de las armas. Entre la veintena de etarras que figuran en el programa de traslados a cárceles próximas a Euskadi figuran Francisco Mujika Garmendia, 'Pakito', José Luis Urrusolo Sistiaga e Ignacio Arakama Mendia, 'Macario'.

«Por la negociación»

Los ex presos emplazaron a no caer en «el chantaje» del acercamiento, una iniciativa penitenciaria de la que destacaron que «busca la división» entre la población etarra, -«el aniquilamiento» llegaron a decir-, y persigue «acabar con el independentismo vasco». «Así, se alarga el conflicto», afirmaron.

Los promotores de la cita se comprometieron a «trabajar por la negociación» y «aprovechar el capital político» de los presos en favor de su excarcelación, tesis lanzada por Otegi nada más dejar la cárcel de Martutene en verano. Sin embargo, ayer no se abundó en esta vía, que fue sustituida por la ortodoxia. Indicaron que los últimos traslados confirmados por Rubalcaba «muestran la voluntad contraria» de Interior a esa supuesta «solución dialogada».

«No descansaremos hasta traeros a todos», apuntaron Agirre y Sagarzazu, quienes insistieron en el mensaje a la militancia. Instaron a participar «en todas las movilizaciones», en un momento delicado para la izquierda abertzale radical. Les faltan referentes claros tras el encarcelamiento de la mesa nacional de Batasuna y Otegi, que ayer no participó en el el acto público pese a que se había especulado con su presencia, parece aspirar a recuperar cierto liderazgo con una plataforma soberanista, pero a largo plazo. Además, los partidos han redoblado sus intentos de desalojar a ANV de las alcaldías por su negativa a condenar el asesinato de Inaxio Uria a manos de ETA, debilitada por la cadena de arrestos a raíz de la caída de 'Txeroki' y de Aitzol Iriondo.

Los convocantes calcularon que que el colectivo de presos de ETA está formado por «672 personas, el número más alto de los últimos años». «El conflicto se está alargando demasiado», indicaron casi al término de la rueda de prensa, en la que no se permitieron preguntas. Los portavoces, que leyeron el comunicado en euskera y castellano, justificaron esa decisión para «no alimentar con especulaciones un periodismo de trinchera y basurero». Sin cánticos, sólo hubo aplausos entre ellos al final para animarse en una mañana gris.