«La escuela no está para formar la conciencia moral de mis hijos»

La objeción de conciencia a la asignatura de Educación para la Ciudadanía se asocia a los alumnos de centros religiosos. Pero los hay también en la escuela pública vasca. Y convencidos. Juan Luis Crespo ha presentado la objeción a la asignatura para su hijo de tercer curso de Secundaria en la escuela de Elorrio: «Los profesores no están para formar la conciencia moral de mis hijos. De eso ya nos encargamos los padres», argumenta sin un resquicio de duda.

Padre de once hijos, se ha estudiado la normativa de cabo a rabo y le parecen absolutamente rechazables los objetivos de la materia. «El reglamento dice que la asignatura tiene como fin 'formar la conciencia moral de los alumnos'. Eso no puede ser. El derecho de educar moralmente a mis hijos es mío. Si el Gobierno se arroga la posibilidad de formar la conciencia de mis hijos, me conculca un derecho que tengo yo como padre», explica.

La reciente sentencia del Supremo no ha variado un ápice su postura. A pesar de que el alto tribunal ha cambiado la expresión de 'formar la conciencia moral' por 'instruir en valores', y que apunta que la materia no deberá adoctrinar, este vecino de Elorrio no está dispuesto a «dejar al libre albedrío de un profesor» los «principios morales» que se transmitan en la escuela. «El Supremo deja abierta la posibilidad de recurrir si consideras que están adoctrinado a tus hijos, pero para entonces el daño ya está hecho», dice.

Tampoco le amilana el proceso que ha emprendido contra la Administración para defender el derecho a que su hijo no asista a Ciudadanía. Ha presentado la objeción en la escuela y el recurso en el Gobierno vasco. El Departamento de Educación, a través de la Inspección, le ha comunicado la obligación de cursar la asignatura y la posibilidad de incurrir en una falta grave si su hijo no acude a clase. «Ya me pueden denunciar ante la Fiscalía de Menores por absentismo escolar. ¿Qué van a alegar, que no me preocupo por su educación? Si lo único que hago es preocuparme por eso», comenta.

La familia Crespo está a la espera de que se resuelvan los recursos ante Educación y los que se han presentado en los juzgados. Apuestan por llegar al Tribunal Supremo, al Constitucional, «o donde haga falta». Por ahora, su hijo de 14 años ya carga con un suspenso en Ciudadanía en la primera evaluación.