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DE CUANDO EN CUANDO

Góndolas

OLMO

Sábado, 23 de mayo 2009, 04:53

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E l tema de las góndolas de la Plaza Nueva sigue dando que hablar, porque he recibido una curiosa carta firmada por J. S. A. que viene a avalar parte de lo que yo decía en mi comentario sobre el tema. Recordarán que había recibido la misiva de un asiduo de esta tertulia en la que me preguntaba si fue cierto que en el año 1872 para festejar la visita a Bilbao de Amadeo de Saboya, Rey de España, se celebró en la Plaza Nueva una fiesta nocturna y veneciana con góndolas incluidas.

El firmante de aquella carta me ofrecía como prueba el hecho de que, al parecer, existe un cuadro del pintor bilbaíno Manuel Losada titulado 'Góndolas en la Plaza Nueva' y he aquí que mi nuevo comunicante corrobora la existencia de este cuadro, que él había visto a menudo en la sala de su domicilio, porque le correspondió a su hermano como herencia. Lo que no se sabe es si se trata del original o una copia porque, según me dice mi nuevo comunicante (que me ofrece además la posibilidad de ir a verlo), el cuadro no tiene firma.

Sea original o copia, lo cierto es que Losada pintó un cuadro escenificando una fiesta con góndolas navegando en la Plaza Nueva. Lo que no queda probado sin embargo es que la citada plaza fuese alguna vez una especie de canal veneciano. Y mientras llega alguna prueba que asegure o desmienta tal festejo, yo continuaré dudando de que se pueda llenar dicha plaza con agua suficiente para organizar una fiesta veneciana con góndolas.

Hubo en Bilbao, y de eso sí que poseo el correspondiente reportaje periodístico, una magnífica fiesta veneciana celebrada con motivo de las fiestas de agosto de 1879, pero, naturalmente, el desfile tuvo lugar por la ría. En ella intervinieron una serie de góndolas conducidas por personajes ataviados a la usanza de la época. Fue un autentico espectáculo, pero fluvial.

Con lo cual sigue sin aclararse el misterio de las góndolas de la Plaza Nueva. Yo me inclino a creer, por razones lógicas, que no es cierta la citada fiesta porque convertir la Plaza Nueva en una piscina llena de agua, teniendo en cuenta todos sus soportales repletos de tiendas y comercios, me resulta muy difícil de creer. ¿No están ustedes de acuerdo conmigo?

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