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Técnicos de CAF trabajan en el diseño de nuevas unidades. / EL CORREO
CAF, la locomotora anticrisis
ECONOMÍA

CAF, la locomotora anticrisis

El fabricante de trenes se ha convertido en una de las pocas empresas vascas en incrementar notablemente su actividad y generar empleo pese a la grave recesión

CARMELO LEZANA

Domingo, 14 de junio 2009, 05:11

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Construcciones y Auxiliar de Ferrocarriles (CAF) se ha convertido en una 'rara avis'. Y no porque trabaje en un sector desconocido o porque sus productos sean secretos. Todo lo contrario. Un porcentaje muy alto de ciudadanos ha viajado en alguna ocasión en los trenes, metros o tranvías de la compañía que circulan en ciudades como Bilbao, Vitoria, Madrid, Barcelona, Sevilla, Valencia o Málaga. De hecho, más de cinco millones de pasajeros de todo el mundo son transportados diariamente en vehículos fabricados por la firma de Beasain. El factor diferencial de ese grupo, fundado en 1917, radica en su capacidad para abstraerse de la recesión económica que está poniendo a gran número de empresas en serios aprietos. Frente al mal comportamiento generalizado de la industria, CAF sigue creciendo, aumentando su negocio y generando empleo.

La compañía vasca parece, al menos hasta el momento, inmune a la crisis. No es una afirmación gratuita. La evolución registrada en 2008 y durante los primeros meses de este año es un claro exponente de su buena salud. Pese a la caída generalizada de la actividad de la industria vasca, Construcción y Auxiliar de Ferrocarriles marcó el pasado año récords históricos en todas las grandes variables. Así, su cifra de ventas superó por primera vez los 1.000 millones de euros -quedó fijada en 1.005, con un alza del 15%-, mientras que el beneficio escaló un 20%, hasta 107,7 millones de euros, rebasando también por primera vez la barrera de los 100 millones.

Contracorriente

Pero, sobre todo, hay dos indicadores que resultan sintomáticos de la fortaleza del grupo vasco, cuyos principales accionistas son los propios trabajadores -controlan el 29,6% a través de Cartera Social- y la Kutxa guipuzcoana, que posee el 17,7% de las acciones. Uno es la cartera de pedidos, que marca al milímetro la evolución futura de la compañía y que el pasado año registró marcas desconocidas. El fabricante logró contrataciones y adjudicaciones por importe de 1.710 millones de euros, una inyección que le permitió elevar su cartera hasta los 4.138, esto es, 727 millones más que un año antes. Aproximadamente un 35% tiene su origen en el negocio de mantenimiento de unidades.

Lejos de ser un comportamiento puntual, CAF ha logrado mantener el ritmo de crecimiento de su cartera en los primeros meses de 2009. Y ello, a pesar de que en ese periodo la recesión ha atacado, incluso con más virulencia que en 2008, al tejido empresarial. Así, entre enero y abril captó pedidos por más de 350 millones de euros, lo que después de haberse anotado unas ventas de 359,4 le permite mantener su cartera de pedidos en 4.147 millones. Tan astronómica cifra ha quedado incluso superada. El fabricante ha logrado esta misma semana un pedido con el tranvía de Zaragoza, que le reportará unos ingresos de más de 200 millones.

Garantía

Semejante dimensión de la cartera de pedidos garantiza la actividad de CAF a pleno rendimiento durante los próximos ejercicios. Lo que supone que la compañía no se va a ver afectada por la crisis durante al menos este año y el que viene. Teniendo en cuenta que ya son numerosos los gobiernos y los organismos internacionales que fijan la fase de recuperación para 2010, no parece descabellada la seguridad de los analistas al considerar que el fabricante vasco es «inmune a los efectos de la recesión».

Esa buena evolución se ha visto reflejada en el comportamiento de otra variable especialmente importante para cualquier compañía, el empleo. El grupo vasco ha incrementado sensiblemente su plantilla fija y ha pasado de 4.312 trabajadores en 2007 a contar con 4.758 el pasado ejercicio.

Las claves

Hasta aquí las cifras. Pero, ¿cuáles son las claves de la imparable proyección de CAF? A juicio de los expertos, básicamente dos: su apuesta internacional y la ampliación de su negocio con nuevas fórmulas y productos.

Desde mediados de la década de los años 90, el grupo ha participado en cerca de 60 proyectos internacionales en un total de 23 países, lo que se ha traducido en exportaciones por importe de más de 7.000 millones de euros. Posee plantas y centros en Estados Unidos, México, Brasil, Irlanda, Italia, Chile, Argentina y Francia, así como más de 40 puntos de mantenimiento en todo el mundo. A día de hoy, la actividad exterior representa en torno al 40% de su volumen total de negocio.

Desde hace ya varios años, el tren se ha convertido en la fórmula de transporte, tanto de personas como de mercancías, que más exponencialmente está creciendo en todo el mundo. De ahí que la proyección internacional de CAF le haya permitido recoger unos muy jugosos resultados y le sitúe en una posición ventajosa frente a otros competidores. Claro ejemplo de ello es el caso del gigante norteamericano, donde la empresa cuenta con dos centros. Barack Obama ha apostado por la alta velocidad y hay en juego 13.000 millones de dólares en pedidos. CAF aspira, como otros grupos españoles vinculados al AVE, a lograr parte de esa tarta.

La segunda clave que explica la evolución de la compañía es, según sus propios responsables, que ha sabido «trascender» de la mera fabricación y ventas de trenes, metros o tranvías para entrar con fuerza en negocios integrales vinculados al sector ferroviario. Algo que le ha abierto un importante segmento de negocio. Un ejemplo de esa actuación es su participación en los llamados proyectos 'llave en mano', aquellos que no se limitan únicamente al suministro de trenes, sino que incluyen otros trabajos. Es decir, desde la ejecución de la obra civil (vía, catenaria o estaciones), hasta el desarrollo de los programas de comunicación y control de tráfico, pasando, incluso, por la explotación del servicio comercial de viajeros.

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