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Los hombres constituyen una abrumadora mayoría en las colas del Inem. / EFE
La inmigración sigue un esquema distinto en Euskadi
ECONOMÍA

La inmigración sigue un esquema distinto en Euskadi

El País Vasco es la única comunidad en la que se ha elevado la ocupación entre hombres y caído entre las mujeres

A. B.

Domingo, 25 de octubre 2009, 03:53

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Si hay un colectivo en el que se hacen patentes las diferencias por género que marca esta crisis es el de los inmigrantes. En el conjunto de España, el número de extranjeros ocupados ha descendido en 211.000 en los dos últimos años, mientras que el de ocupadas ha crecido en 17.000, según datos de la EPA. Pero Euskadi constituye una excepción a la regla general. De acuerdo con esa misma fuente estadística, los inmigrantes con trabajo aumentaron en 9.000 durante ese mismo periodo en la comunidad vasca, mientras que en el caso de sus pares féminas se produjo una caída de 2.300. Nadie ha sido capaz de explicar el porqué.

Hay que tener en cuenta, no obstante, que las estadísticas no son muy fiables en este capítulo porque la mayoría de mujeres extranjeras trabaja en el servicio doméstico, fuera de todo control y sin estar dadas de alta en la Seguridad Social.

En concreto, el Observatorio Vasco de la Inmigración estima que un 55% de las 63.500 inmigrantes empadronadas en Euskadi a 1 de enero pasado desempeña tareas de limpieza de casas y cuidado de personas. Los varones, por su parte, se han volcado en la construcción, una de las áreas más castigadas por la crisis. Es la actividad a la que se dedican el 26,6% de los hombres extranjeros que trabajan en la comunidad. Otro 27% está en oficios y peonaje.

El servicio doméstico no ha sido el sector más vapuleado por la recesión, aunque tampoco se ha librado de sus efectos: muchas familias se han visto obligadas a recortar el presupuesto en este capítulo al quedarse en el paro alguno de sus miembros. También hay que tener en cuenta la mayor competencia por parte de las autóctonas, que se han visto obligadas a volver a trabajar.

Aunque las estadísticas no lo reflejen, la mujer inmigrante constituye con mucha frecuencia el único sostén de la familia debido a los problemas de los hombres para buscar trabajo fuera del ladrillo. Muchas recurren al pluriempleo para llegar a fin de mes. Es el caso de Mariana: «Mi pareja lleva más de ocho meses en el paro. Yo cuido a un niño durante el día y a una anciana por la noche».

Las tribulaciones de su novio en la búsqueda de trabajo son un buen ejemplo de las dificultades que afrontan los hombres en la actual coyuntura. «Puso carteles en los que se ofrecía para atender a personas, ya fueran niños, mayores o enfermos. Le llamaron para cuidar a dos críos y resulta que todo era mentira. Le propusieron ser 'stripper'».

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