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Las casas están en malas condiciones. / M. ATRIO
Veinte años esperando la piqueta
bilbao

Veinte años esperando la piqueta

Vecinos de El Peñascal, donde subsisten reductos de infravivienda, piden que se agilice la regeneración del barrio

SOLANGE VÁZQUEZ

Lunes, 16 de noviembre 2009, 09:41

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Suena muy fuerte cuando oyes a algún vecino de El Peñascal decir que ojalá las inundaciones del 83 se hubiesen llevado -sin dramas personales, por supuesto- toda la infravivienda de Iturrigorri y Gardeazabal. Esta expresión de hartazgo tiene su explicación: un cuarto de siglo después de las riadas, las viviendas de estas zonas que se salvaron entonces siguen en pie, desafiando al tiempo, a los planes urbanísticos y a las normas de habitabilidad. No sucumbieron al agua ni a los derribos posteriores, que echaron abajo casas afectadas de enclaves cercanos, entre ellas, todo el barrio de San Antonio. Así que, a día de hoy, los dos vecindarios, donde residen unas 70 familias, siguen ahí y se han convertido en uno de los últimos reductos de infravivienda de Bilbao.

«Casi todos los residentes son familias de etnia gitana. Queda poca gente del barrio de toda la vida. Más que nada algunas viudas sin recursos económicos para marcharse a otro sitio. Porque casi todos los que han podido se han ido», explica Pedro Castañares, presidente de la Asociación de Familias de Iturrigorri-Peñascal. «Como agrupación, llevamos quince años luchando para que se regenere la zona, pero la reivindicación viene de antes. Hubo un acuerdo con el anterior Gobierno vasco y yo les decía a los vecinos que me preguntaban por el tema que ya estaba el asunto 'amarrao'. Pero ahora, con el cambio de Ejecutivo, lo que les tengo que contar es que todo depende de que dejen una partida en los presupuestos. Si no lo hacen y tenemos que esperar otros cuatro años....». Castañares resopla. «La zona está fatal. Sin saneamiento y con graves problemas de accesibilidad -apunta mientras muestra unas empinadísimas escaleras-. Hay grietas imponentes, nadie sabe cómo está la cimentación, ni por dónde van las tuberías. Los bomberos no pueden acceder, es imposible meter el gas, el butanero y el cartero tampoco suben... No valen parches, esto tiene que desaparecer ya».

Según explica, quienes llevan en el barrio el suficiente tiempo recuerdan cómo en la década de los sesenta aparecieron muchas de esas viviendas de la noche a la mañana. Literalmente. «Las levantaron de noche, para que no les viese la Guardia Civil. Y, cuando les pillaban, les invitaban a un café y listo -asegura-. Eran otros tiempos».

Tras muchas reivindicaciones, en abril de este año, Javier Madrazo, el anterior consejero de Vivienda del Gobierno vasco, firmó en uno de sus últimos actos oficiales un convenio de intenciones para recuperar la zona con la construcción de pisos de promoción pública que permitan derribar la infravivienda y realojar a sus habitantes. Esta misma semana, responsables del Ayuntamiento y del Ejecutivo autonómico han abordado en una reunión la marcha del proyecto -cuya primera fase prevé la construcción de 30 pisos cerca de Iturrigorri y 45 en la ladera de Uretamendi- que no acaba de salir de una madeja interinstitucional de requisitos burocráticos.

«Les toca mover ficha»

Según explica Julia Madrazo, edil de Urbanismo del Consistorio, los trámites municipales para edificar los bloques de Uretamendi se han solventado ya en el pleno y el Gobierno vasco asegura que ya trabaja en el proyecto de urbanización. Y los otros 30 están pendientes de que la Comisión de Ordenación del Territorio, dependiente del Ejecutivo autonómico, dé el visto bueno a un informe de Urbanismo para la aprobación definitiva del Plan General. «Les toca mover ficha. No dudo de que lo vayan a hacer, pero tienen que meter caña y crear las viviendas previstas, si no el realojo no será pacífico», advierte Madrazo.

Portavoces del gabinete de Patxi López zanjan estos temores y aseguran que se mantienen los planes de sus antecesores en cuanto a número de pisos. Y, según recuerdan, terminadas las dos primeras promociones, se prevé la construcción de un inmueble con otras 85 viviendas en Gardeazabal. Aunque en la reunión de la pasada semana no se avanzaron fechas, fuentes cercanas al proyecto afirman que los primeros pisos podrían empezar a edificarse a principios de 2011. s.vazquez@diario-elcorreo.com

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