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La ría de Urdaibai, sobreimpresionada en la textura de titanio del Guggenheim Bilbao.
¿Hay reserva para un museo en Urdaibai?
CULTURA

¿Hay reserva para un museo en Urdaibai?

El PP, que ve «con buenos ojos» un nuevo Guggenheim, presionará al Gobierno vasco para que se replantee su rechazo al proyecto El PP puede desatascar el enconado conflicto que mantienen el PNV y los socialistas por el museo José Luis Bilbao y Juan Ignacio Vidarte citaron a Basagoiti para pedirle su apoyo y mediación como socio preferente del Gobierno vasco

IÑAKI ESTEBAN iesteban@diario-elcorreo.com

Domingo, 20 de diciembre 2009, 03:53

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Los recelos del Gobierno vasco hacia la construcción de un nuevo Guggenheim en Sukarrieta, en plena Reserva de Urdaibai, cuestionan el futuro del proyecto, que la Diputación de Vizcaya está dispuesta a financiar en solitario si el Ejecutivo del PSE se desliga de él como ha insinuado esta semana la consejera de Cultura, Blanca Urgell. El PP no comparte esa postura del Gabinete de Patxi López, del que es socio preferente, y está dispuesto a presionarle para que cambie de actitud como ya hiciera con el futuro campo de San Mamés.

Los populares vascos se inclinan por apoyar la iniciativa y hacer frente común en su defensa con el PNV tras ser convencidos de sus «excelencias» por el diputado general de Vizcaya, José Luis Bilbao, la responsable foral de Cultura, Josune Ariztondo, y el director general del museo, Juan Ignacio Vidarte, quienes les invitaron a mediar ante el Gobierno vasco. El presidente del PP en Euskadi, Antonio Basagoiti, y su secretario general, el alavés Iñaki Oyarzábal, se reunieron con ellos hace tres semanas en el propio Guggenheim, a instancias de la Diputación, para conocer en detalle el plan.

La cúpula del PP no oculta su predisposición a respaldar el proyecto y a intentar convencer de sus bondades al Ejecutivo autónomo -sus votos son decisivos para sacar adelante cualquier propuesta al respecto-, aunque antes de adoptar una decisión definitiva prefiere leer los informes que serán presentados el martes al patronato del Guggenheim. «La inversión de 200 millones es muy importante, pero si se demuestra que puede ser rentable y que ayuda a la recuperación de una zona que lo necesita, la apoyaremos», explica Basagoiti.

A la luz de los documentos preliminares encargados por el museo, una nueva instalación en Urdaibai cumpliría de sobra todas las expectativas de los populares, también las referidas a la protección medioambiental. Como nadie espera cambios en los informes del martes, la decisión del PP estaría ya 'de facto' tomada. «Si el Gobierno vasco tiene otros estudios sobre el tema, también los analizaríamos a fondo», añade el presidente del partido.

Con este movimiento en la relación de fuerzas, los socialistas se quedan sólo con Aralar en su posición crítica al segundo Guggenheim en Vizcaya. Y como la política se hace también con la aritmética, el líder de los populares vascos recuerda que el PSE no tiene mayoría en el Parlamento y que una alianza entre el PNV y el PP daría luz verde al proyecto de Urdaibai en la Cámara.

La sucesión de acontecimientos recuerda paso a paso lo que ocurrió con el nuevo campo de fútbol del Athletic. Ante el ultimátum lanzado por Basagoiti para que el lehendakari apoyara el futuro San Mamés -llegó a amenazarle con no respaldar los Presupuestos- y la intensa presión del PNV, el lehendakari tuvo que rectificar su posición inicial contraria a gastarse 55 millones en ese proyecto. El dirigente popular asegura que su intención no es romper la cuerda por un exceso de tensión con el Gobierno vasco, sino que éste recapacite y pueda alcanzarse un acuerdo respecto a una iniciativa que, en principio, juzga positiva.

«Hay prisa»

Es la segunda vez en unos meses que los jeltzales se apoyan en el PP para sacar adelante sus planes, en un momento en el que la crisis aún azota con fuerza y la Diputación de Vizcaya, en plena «economía de guerra», ha recortado un 34,5% su presupuesto de Cultura para 2010. Además, los populares, que no respaldaron en su día el Guggenheim de Bilbao, sí 'bendicen' ahora el de Urdaibai, una posición que echa chispas al chocar con la del PSE.

El viceconsejero de Cultura, Antonio Rivera, ve en esta operación el deseo de Bilbao de presentarse «como el salvador y el hacedor de iniciativas» de cara a las elecciones locales de 2011 en una comarca en la que el PNV perdió la emblemática alcaldía de Gernika. «Hay prisa. La razón está ahí», sostiene.

Basagoiti subraya que el museo de Urdaibai no está incluido en el pacto de Gobierno PSE-PP, lo que concede a su partido libertad de acción, y se queja de que el Gobierno vasco nunca se haya puesto en contacto con su formación para discutir sobre este tema. Un canal de comunicación que estaba abierto desde el duro informe del Parlamento de hace justo un año que criticaba y exigía responsabilidades por el desfalco del ex director financiero del Guggenheim, Roberto Cearsolo, y la pérdida de por lo menos seis millones de euros en cambio de divisas del museo. El líder popular cree que Bilbao y la consejera Urgell se han enrocado en sus posturas, pero confía en que lleguen a entenderse. Y sostiene que ambos tienen una parte de razón: el diputado general, por dar el paso adelante; y la responsable de Cultura, por su preocupación medioambiental. El PP se viste así con la camiseta de árbitro del partido. La Diputación proclamó que iría sola y acarrearía con todos los gastos en caso de que no le siguiera el Ejecutivo. Ahora busca una compañía estratégica -la de los populares- adelantándose a la decisión definitiva de los socialistas.

Cuestión de magnitudes

El comité ejecutivo del Guggenheim se reunirá el martes, dos días antes de la Nochebuena, pero la situación no propicia el ambiente de paz navideño. En las sillas del consejo se sentarán los representantes del Guggenheim Bilbao, los del Guggenheim de Nueva York, de la Diputación de Vizcaya y del Gobierno vasco, además del Ayuntamiento de Bilbao y los patronos estratégicos BBK, Iberdrola, BBVA y Arcelor-Mittal. De los cuatro primeros, que son los que más influyen en las decisiones, el tablero marca tres síes rotundos a favor de Urdaibai y sólo una posición indefinida, la de Lakua, aunque el Departamento de Cultura no ha ocultado que el proyecto le despierta muy pocas simpatías.

El pasado miércoles, Urgell tuvo en el Parlamento vasco su intervención más dura en sus siete meses de carrera política. En ella criticó un concepto de la cultura dependiente de su rentabilidad económica y puso en duda la viabilidad ecológica del proyecto de Urdaibai, un argumento en el que el PSE hace mucho hincapié. «No tengo la misma fe que sus impulsores en que será el museo del siglo XXI», dijo, a lo que añadió que «la Fundación Guggenheim no es ni de lejos el líder mundial que fichamos hace veinte años».

A los socialistas les molesta cómo se ha llevado todo el proceso, con la Diputación al mando y sólo consultándoles para decir 'sí' o 'no' a hechos consumados. Tampoco les gusta que Vidarte se haya aliado de forma tan rotunda con Bilbao cuando el Gobierno vasco es socio al 50% del Guggenheim, por lo que se le debería mostrar «una mayor lealtad». Y recuerdan que Ibarretxe mostró muy poco entusiasmo por el nuevo museo.

La magnitud del proyecto les hace creer que el de Urdaibai será una réplica del de Bilbao, de un precio parecido si se tiene en cuenta la inflación. «Para el martes ya tenían en el orden del día el proceso para elegir a un arquitecto, cuando aún no nos han presentado los informes y en consecuencia no podemos decidir nada», desvela Rivera.

El viceconsejero no vería mal un proyecto más pequeño; «una residencia de creadores, ecológica, con intervenciones de 'land art'. Pero de ahí a los 200 millones de edificio hay un mundo. Eso es para que vaya el mayor número de gente y para que lo haga un arquitecto estrella». La foto de la situación ya ha cambiado. La irrupción del PP puede dar la tonalidad definitiva a la imagen.

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