Galán pide a los proveedores vascos de Iberdrola que creen "grupos competitivos"

El presidente de Iberdrola, Ignacio Sánchez Galán, ha señalado que es necesario que las 1.400 empresas vascas proveedoras de la compañía creen "grupos de tamaño adecuado y competitivos" y que acaben con su "atomización".

Galán ha intervenido hoy en una jornada organizada por la Fundación Popular de Estudios Vascos sobre los retos y perspectivas de la economía en la que ha recordado que, según las previsiones de Iberdrola, en los próximos 20 años serían necesarias en España inversiones por valor de 100.000 millones de euros para garantizar un suministro económicamente eficiente de energía y no depender del exterior. En este sentido, ha afirmado que estas inversiones podrían suponer una "gran oportunidad" para la industria vasca, especialmente "potente" en subsectores energéticos como el de las eólicas.

Durante su ponencia, el presidente de Iberdrola ha afirmado que la compañía, con sede en Bilbao, seguirá "apostando fuertemente por esta tierra" , y ha recordado que la riqueza que genera en la CAV equivale al 2% de su PIB, así como que da empleo al 2% de la población ocupada vasca, realiza compras a empresas de la comunidad autónoma por valor de 1.000 millones de euros, y aporta anualmente cerca de 500 millones de euros a las arcas de las Diputaciones forales.

"Motor de la recuperación"

Galán ha insistido en que el sector eléctrico puede ser "motor" de la recuperación económica puesto que es "intensivo" en inversiones, pero ha reclamado un marco normativo "estable" y "previsible", no sometido a "oportunismos políticos". Dicho esto, se ha mostrado partidario de huir de políticas excesivamente "anticipadas" en materia energética y, como ejemplo, ha citado el caso de los apoyos institucionales a la construcción de instalaciones termosolares y fotovoltaicas que, según ha explicado, en los próximos años sólo aportarán el 5% de energía al sistema y, sin embargo, costarán el 25% de la factura energética.

Galán también ha abogado porque Euskadi acometa de forma inmediata una segunda transformación económica y ha dicho que los "ejes" de esa transformación deberían basarse en cuestiones como el incremento de la productividad y de las inversiones en innovación, en la educación, que a su juicio es "vital", en aprovechar las oportunidades de negocio que ofrecerá el medioambiente, o en las características de un entorno fiscal "atractivo". Asimismo, ha abogado por impulsar el diálogo social y ha hecho hincapié en que es necesaria la estabilidad institucional. En su opinión, el nuevo modelo debería "favorecer y promover la creación y anclaje en esta tierra de grandes grupos económicos capaces de competir en un entorno global y fuertemente internacionalizado que ejerzan un efecto tractor sobre el tejido económico y empresarial existente en Euskadi".