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La consejeta de Cultura, Blanca Urgell, compareció ayer en el Parlamento para apoyar el Guggenheim de Bilbao y reiterar sus «serias dudas» sobre el de Urdaibai. :: IOSU ONANDIA
El Gobierno vasco acusa a Vidarte de «haber tomado partido por la Diputación»
polémica por el proyecto de urdaibai

El Gobierno vasco acusa a Vidarte de «haber tomado partido por la Diputación»

José Luis Bilbao exige «lealtad» al Ejecutivo y que «no impida» el Guggenheim de Urdaibai

JOSÉ MARI REVIRIEGO

Jueves, 24 de diciembre 2009, 11:06

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El papel del director general del Guggenheim de Bilbao en la polémica abierta por el proyecto de Urdaibai ha provocado un indisimulado «malestar» en el Gobierno vasco. En conversación con este periódico, la consejera de Cultura, la socialista Blanca Urgell, acusó ayer a Juan Ignacio Vidarte de «haber tomado partido» por el proyecto que lidera la Diputación vizcaína en la Reserva de la Biosfera, el llamado 'Guggenheim 2', en vez de aguantar el tirón en un momento de pugna entre dos instituciones que son socias. El Ejecutivo de Patxi López echa en falta en Vidarte una posición más discreta, sobre todo ahora que ha planteado su propio modelo cultural para el desarrollo de ese enclave, vinculado al arte vasco y sin la marca de la «franquicia» del museo estadounidense.

La «preocupación» por la supuesta falta de neutralidad de Vidarte se ha desatado en las filas del PSE a raíz de la reunión del martes en el Patronato de la Fundación del Guggenheim, donde la Diputación y el Ejecutivo vasco son sus principales 'mecenas' institucionales. El lehendakari, como presidente del organismo, reclamó la apertura de un período de debate para sacar adelante un proyecto cultural con el máximo consenso posible. Internamente, la Lehendakaritza admite que el retraso con el que ha presentado de manera oficial su plan para Urdaibai ha podido lastrar sus opciones, pero no quería anunciarlo hasta tenerlo «bien madurado».

En todo ese tiempo, Bilbao ha seguido engrasando con entidades y patronos su propuesta, anunciada en junio del año pasado en plena tormenta política con el Guggenheim de protagonista -lo hizo poco después de que el Parlamento vasco formara una comisión para investigar las irregularidades financieras cometidas por Roberto Cearsolo-. Y algo de ese clima turbulento colea todavía en las relaciones sobre el museo entre PNV y PSE, éste ahora al frente del Gobierno.

Al término del encuentro del Patronato, las lecturas fueron tan dispares que el choque de trenes no se ha hecho esperar. Mientras el diputado general, José Luis Bilbao (PNV), interpretó que la ampliación del Guggenheim en Urdaibai «avanza», López sostuvo que quedaba aparcado. Vidarte asistió al cónclave como director del museo.

La cita del Patronato

Tras la cita, el Guggenheim emitió una nota pública en la que los socialistas vieron una comunión de intereses con la tesis de Bilbao. «El proyecto de ampliación del Museo Guggenheim en Urdaibai avanza con la definición del proceso de selección del diseño arquitectónico», sostiene el comunicado del centro que dirige Juan Ignacio Vidarte. Con esa lectura, en el Ejecutivo autónomo consideran que Vidarte se decantó «claramente» por la Diputación.

Las suspicacias del Gabinete López hacia los movimientos de Vidarte en este pulso se alimentan de la entrevista que mantuvo el día 16 en Nueva York con los gestores de la Fundación Guggenheim, a la que acudió acompañando a José Luis Bilbao y la diputada de Cultura, Josune Ariztondo. El Gobierno vasco ya expresó su malestar por la decisión de su socio de anunciar antes el proyecto de Urdaibai en Estados Unidos que en casa. Este periódico intentó ayer sin éxito ponerse en contacto con Vidarte para conocer su valoración sobre las declaraciones de Urgell.

El celo con el que el Ejecutivo de López sigue la gestión del director del Guggenheim, avivado por las críticas del PSE en la investigación del 'caso Cearsolo', puede abrir un nuevo frente en el clima de discordia que se cierne sobre el futuro de Urdaibai, a pesar de los llamamientos al «debate sereno» reiterados por la consejera de Cultura. Una muestra del cariz que está tomando esta colisión de intereses se escenificó ayer en el cruce de declaraciones mantenido por sus protagonistas.

El diputado general, que ya había manifestado su «absoluto respaldo» a Vidarte tras el cambio de Gobierno, exigió al Ejecutivo del PSE «lealtad» y anunció su disposición a liderar la iniciativa en solitario porque tiene «autonomía económica suficiente y este es un proyecto para construir país». Según sus cálculos, las inversiones para el proyecto en Sukarrieta, de alrededor de 200 millones, se pueden realizar por fases «tranquilamente».

La Reserva, «la prioridad»

Por ello, dijo que es «una falacia mezclarlo con la crisis». Bilbao lanzó este mensaje al Gobierno: «Si no está de acuerdo con el Guggenheim, sencillamente, le pido que respete a los demás, que nos deje hacer y que no impida que esto pueda llegar a buen puerto».

La consejera de Cultura aclaró ayer que su Gobierno «apuesta» por el Guggenheim de Bilbao, pero que otra cosa es lo de Urdaibai. Urgell aseguró que la «prioridad» es preservar la Reserva y reiteró que no pondrá «ni un euro» en un plan sobre el que tenga la más mínima duda. Y sobre el proyecto que abandera Bilbao, las dudas son «serias».

El día después de la fractura del Patronato del Guggenheim, los dos socios confirmaron que sus relaciones se han emponzoñado y que el proyecto de Urdaibai lleva camino de acabar atascado. Las discrepancias entre Gobierno vasco y Diputación sobre el modelo cultural que proyectan para la Reserva de la Biosfera cierran la posibilidad de un acuerdo a corto plazo y amenazan con llevar el período de reflexión al territorio de los órdagos, una costumbre muy dada en política pero poco edificante para la creación artística. Urgell se ha dado de plazo hasta junio para «determinar la posición» del Gobierno, pero Bilbao advirtió de que «seguirá adelante», sin esperas.

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