La última parada de 'El rey escorpión'

Una lesión, una casualidad, le convirtió en portero. El Independiente de Medellín organizó un torneo para reforzar su cantera y ahí se presentó él, como artillero de su escuadra. Sin embargo, un compañero se 'rompió' y él se puso bajo los palos. Desde entonces, René Higuita (Medellín, 28-8-1966, 43 años) ha labrado su porvenir, una carrera deportiva, salpicada de escándalos y excentricidades, que se detuvo anoche en el Atanasio Girandot, principal estadio de su ciudad. Fue en un amistoso entre la selección de Colombia y el Nacional, su equipo. En ese terreno protagonizará su última parada 'El rey escorpión'.

Ése es uno de sus apodos; 'El loco' es otro. Ambos apelativos le sientan como un guante. Por orden. El primero debido a la forma de frenar balones inventada por el sudamericano: el 'escorpión'. Aunque ya lo había practicado en alguna ocasión, su salto a la fama se produjo en septiembre de 1995 en el antiguo Wembley -para él 'Wimbledon', el santuario del tenis, como el ex del Valladolid llamó al estadio inglés. Fue en un amistoso contra Inglaterra. Jamie Redknapp, histórico del Liverpool, chutó a puerta y el ex del Valladolid no tuvo mejor ocurrencia que lanzar su cuerpo hacia adelante y despejar el balón con los pies, después de haberlos elevado por detrás de su espalda. Ha reconocido hace poco que realizó esa acrobacia debido a que creyó ver al línier con el banderín levantado, en señal de fuera de juego. Pero ha sido la marca de la casa y un portal de Internet inglés la eligió como la mejor jugada de la historia.

Y el calificativo de loco le ha llegado por... tantas cosas. Una de ellas: sus inusuales salidas de su área, con el balón en los pies. Él patentó el concepto de portero-jugador. Una de esas excursiones, en el Mundial de 1990, costó a Colombia (una generación excepcional con Valderrama, Asprillia y Aristizabal, entre otros) el pase a los cuartos de final. Higuita, como siempre, comenzó a correr con el esférico en los pies, pero el veterano Roger Milla, 38 años entonces, le quitó el balón, marcó y recaudó el billete africano para la siguiente fase. «Fue el gol que más me ha dolido».

Las críticas le llovieron, pero Higuita ya era un ídolo en su país. Era y lo sigue siendo. Y eso que llamó «amigo», de manera pública, a Pablo Escobar, el todopoderoso narcotraficante colombiano, líder del Cartel de Medellín. Incluso le visitó en la cárcel. Uno de los escándalos que ha firmado este hombre criado por su abuela, ya que su madre soltera murió por enfermedad. E incluso estuvo más de medio año en prisión por intermediar para la liberación de la hija de un amigo secuestrada. La Ley colombiana impide la negociación y su acción le costó acudir al Mundial de 1994 e incluso hizo una huelga de hambre para denunciar la «injusticia».

Doblete en Supervivientes

Estados Unidos, en este sentido, se perdió las extrañezas de Higuita. Un portero que, a lo largo de su carrera, ha anotado entre «50 y 53» goles, no se acuerda bien. Los marca tanto de penalti como de falta. Una de estas dianas, mítica, histórica, de la que guarda un gran recuerdo, la convirtió en las semifinales de la Copa Libertadores (la 'Champions' sudamericana) contra River Plate: igualó la serie y, en la tanda de penaltis, detuvo el lanzamiento decisivo. Y no fue la única pena máxima de relevancia que se quedó en sus manos.

Hubo muchas más. Como 'locuras'. De hecho, ha participado en dos ocasiones en programas similares a Supervivientes, se ha sometido a la liposucción, se ha efectuado un aumento del mentón... Tampoco le tiembla el pulso para pasar con el quirófano, igual que cuando estaba bajo palos. Nervios templados.

Anoche los mantuvo cuando sus compañeros y los aficionados que tanto le admiran le tributaron el homenaje. Se va del fútbol en activo, pero siempre quedará su estampa; su 'escorpión'.