Nafarkorta es una modesta y remota cumbre en los límites del Parque Natural de Gorbeia, en la muga entre Vizcaya y Álava. Se alza a la sombra del Oderiaga, punto culminante de los montes de Arno, y cierra por el oeste el valle de Arbaitza (Orozko). Su ascensión por este profundo barranco nos permitirá conocer vestigios de los antiguos moradores de esta tierra de pastores.La excursión comienza en Manzarbeitia, barrio de Orozko conocido por sus capeas. Unos metros más allá del caserío se ubica la ermita de San Isidro. Aparcamos y comenzamos a andar por asfalto. Cruzamos bajo la autopista y seguimos por la carretera hasta un desvío (derecha) que indica Arbaitza. Más adelante alcanzamos esta barriada. Apenas tres caseríos a los que se accede por una escalera de piedra. Seguimos por ella camino del caserío Arbaitzarte. Allí acaba el asfalto (0h.25'). y cogemos una pista que nos lleva hasta cerca del caserío Arbaitzagoiti. Allí, una fuerte ferruginosa nos indica la senda que baja, primero encajonada entre los prados y luego por un pinar, hasta el río. Vadeamos el cauce y seguimos la pista, que al poco se trifurca. Debemos continuar por la izquierda, que asciende con ganas hasta un pequeño rellano en el bosque con otros tres desvíos. De nuevo cogeremos el vial de la izquierda, opción, por cierto, que se repetirá en casi todos los cruces que nos encontremos hasta el Korteta, siempre y cuando su sentido sea ascendente. Atravesamos un pequeño robledal con las ruinas de una txabola (0h.55') y salimos a terreno abierto, por el que remontamos en zig-zag por la vertiente de Ansoleta hasta el cordal del Korteta. Aquí, la pista pasa al otro lado y sigue paralela a la línea de cumbres hasta cerca de las rocas cimeras, campo a través. Veremos un abrigo pastoril que aprovecha la inclinación de una gran laja, un pequeño corral y, cerca del buzón (1h.30'), un crómlech, oculto por los helechos.

El Korteta ofrece una excelente vista del Nafarkorta (E), y permite atisbar la ruta a seguir, que discurre por el amplio cordal, pasa junto a la txabola de José Epelde y remonta la loma del Anekogarri, señalado por un hito. Desde aquí, el camino al Nafarkorta (dcha.) es evidente, aunque merece la pena descender (izquierda) hasta el cercano collado de Araneko Arri, donde un monolito recuerda que allí una joven fue devorada por un lobo el día de Nochebuena de 1308. Visitado tan curioso paraje, nudo de rutas en el Parque Natural, nos dirigimos al Nafarkorta, al que subimos por el cordal sin mayores problemas (2h.15'). En el descenso completamos el recorrido circular del valle. Para ello, del mismo buzón seguimos una senda (SO) y enlaza enseguida con la pista que viene de Garrastatxu y desciende en fuerte pendiente hasta el collado y corrales de Katabaso (2h.45'). Allí mismo, junto al vallado, tomaremos una pista (derecha) que baja al fondo del barranco, vadea el río, pasa a la otra vertiente y baja para acabar por confluir, en una de las bifurcaciones, con la ruta de subida (3h.20'), por la que llegamos al río. Tras cruzarlo, en vez de seguir el camino conocido, podemos tomar otro que, tras superar una portilla, sigue junto al río casi hasta Arbaitza, donde sale a la carretera. Desde allí volvemos a la ermita de San Isidro (4h.10').